Alboroto en las calles, calmo mi corazón,
pues llega el carnaval pleno de regocijo
con disfraces repletos de ingenio y acertijo,
decorados de sal y escenificación.
Muy pronto llegará su burlesca emoción,
entre bailes y cantos , buscando un escondrijo
que guarezca su mofa, tras cualquier entresijo
fruto de la inventiva con clara sinrazón.
Reventarán la tinta y el barro por los aires,
alentando una fiesta llenita de parodias.
Pero cuando las máscaras se caigan de la cara,
la vera faz saldrá y ya no habrá donaires
tapando la comedia carente de prosodias,
será el día a día calibrando la vara.
Marina © Muñoz Cervera