La integridad irradia en bellas actitudes,
mas cuán largo y difícil es cultivar el don
si se camina a tientas entre la sinrazón
y la perfidia, fuentes de insanas acritudes.
Sus perfumes al alma la llenan de virtudes
para aquel que conoce la real dimensión
del vocablo y lo vive de todo corazón
gozando la existencia de amplias plenitudes.
Sólo guía el amor en este recorrido
mientras los sueños cambian el sonido del mundo,
para lograr a tiempo los místicos anhelos
que laten con impulso, entereza y sentido
y entretanto el espíritu vive meditabundo,
vigilante en su paz y esquivando señuelos.
Marina © Muñoz Cervera