Late con fuerza el pulso de mi mano,
se percibe a través de cada huella
que reflejan mis dedos con su mella,
en el diario bogar del meridiano.
Comienza el carnaval, tiempo pagano,
entre fiestas, desfiles y una estrella,
desde Sumeria viene su centella
iluminando al orbe del humano.
Se extendió por la tierra, poco a poco,
en aras del festejo, fiel costumbre.
Sueño de diversión, de usual descoco,
de rituales, color y gran relumbre,
con máscaras cubriendo a todo loco
que consigue evadirse de la lumbre.
Carnavales en cualquier lugar, desde sumeria viene su centella
Oscar
Graciassssssssss Ya por fin puse un poema nuevo ¡aver si te gusta!
un abrazo